viernes, 7 de septiembre de 2012

Tengo a Rulfo en los ojos.



Era ese tiempo de la canícula, cuando el aire de agosto sopla caliente, envenenado por el olor podrido de las saponarias.

 El camino subía y bajaba: "Sube o baja según se va o se viene. Para el que va, sube; para el que viene, baja"
–¿Cómo dice usted que se llama el pueblo que se ve allá abajo?
–Comala, señor.
–¿Y por qué se ve esto tan triste?
–Son los tiempos señor.

Parte I

domingo, 3 de junio de 2012

Estructuras del imaginario.

[...]El cuadro como acontecimiento. 
--Harold Rosenberg 1952--


Desde hace un largo periodo el hombre a creado estructuras, formas "habitables", "habitadas", que obedecen a las necesidades sociales, de religión, políticas, laborales, etcétera.

Aquí el experimento, acompañado de la frase: "Manda a volar la estructura"; y ¿qué pasa?, los edificios levitan,  y se van, arriba se desdoblan, cual papel creando una papirola, se crean nuevas formas, estructuras oníricamente habitables.

Las piezas pueden ser reproducidas unas tras de la otra y se crearía una pieza infinita, en la cual no se sabría en que lugar comienza y en que lugar termina, cual caracol, en el que su principio es su fin y su fin es su principio.


Renovando.


Cholula. Puebla. 2011.

lunes, 7 de mayo de 2012

Balance.

A pesar de todo lo sigo intentando, libra es una balanza que solo dos pueden mantener equilibrada.

Y aquí estoy, siendo parte de ese va y ven de la balanza que no termina de equilibrar.

jueves, 2 de febrero de 2012

1955-1998


Comenzó a perder la vista del ojo izquierdo...
Todo el mundo creía que era parte de su diabetes
El hombre se cuidaba mucho... fue alarmante, pero al final se resigno.
Fue un 4 agosto de 1997.

Para el 11 de Diciembre la ceguera era completa.
Su mujer siempre estuvo con él... Lo llevaba y lo traía a todos lados.

El hombre, Amador su nombre... nunca pareció estar enfermo, 
como había dicho, "se cuidaba mucho".
Para el 7 de enero el doctor hablaba de diabetes,
llegó febrero... todo iba bien... Salvo la vista del hombre.
Ya estaba totalmente acostumbrado;
los días pasaban y él vivía ya más acostumbrado a la ceguera.

La noche del 8 de febrero, la pareja se entregó como nunca... 
Ella experimento sensaciones y niveles de conciencia nunca antes alcanzados,
12:00 de la noche... 

Él le habló de amor entre el va y ven de sus cuerpos.

12:45... 

Los nervios se crispan, los músculos se contraen... Todo queda en un abrazo largo.

7:00 am... 

Ella se levanta para hacer el desayuno... 
Pone el café y pica fruta.

7:45...

Amador se encuentra en la cama.

No respira.

martes, 24 de enero de 2012

Peque.

¿Qué nos queda de la vida si no es la vida?

Todavía lo recuerdo, llegue a la casa, era de tarde, yo muy joven, un niño que como siempre pasaba sus días solo en casa, con padres que se ocupaban de trabajar para proveer a la familia.

Era un día un caluroso, como siempre en todo el sur del estado, había rumores de que el tío Gil donaría una mascota para los pequeños niños Guadarrama Álvarez, una pequeña perrita, una bola de pelo pintado por el gris del tizne que por temporadas cae en el pueblo, los hijos del tío Gil le llamaban "chapis", pero la más grande de los hermanos Guadarrama le llamo PEQUE.

El día que abrí la puerta del patio trasero y la vi, comiendo croquetas con leche, recuerdo que me encontraba entre el cuarto y quinto año de primaria, mis ojos brillaron, tenía una nueva compañerita con la cual jugaría. Desde un principio se adapto a la casa, la sintió suya, y así era... la casa se convirtió en su hogar, por más de 14 años.

Ella era mi mascota, nuestra mascota, ella que cada que sonaba el timbre gritaba, en verdad que fue la guardiana de la casa, ella, la peque, la que trotaba en cadencia de tres pasos-brinco (de la pata trasera izquierda)-tres pasos, ella que se acercaba y se volteaba de panza para que le rascases todo el día, ella que se escondía bajo el reclinable, ella que tenía su rincón al lado izquierdo del escritorio de la computadora, ella que a hurtadillas metía a dormir a mi cama.

Ella, la peque, la que un día llego pintada de gris por el del tizne 
que por temporadas cae en el pueblo.

D. E. P. 



martes, 10 de enero de 2012

Eduardo Jair Guadarrama Álvarez

Soy más de dos nombres,
soy el sonido y la luz de las 12 de la noche,
un lente de 50mm,
soy el café de las 6 de la tarde,
blanco y negro,
el chocolate de mañana,
soy el desgaste de mi abuela,
su memoria que termina,
soy del rancho de Guerrero,
mi padre a los 8, trabajando en el campo,
soy los desvelos de mi madre,
soy el malhumor del bisabuelo,
soy el trabajo de mi abuelo,
soy el frío de la ciudad,
soy la violencia de un país podrido,
soy la enfermedad de Ernesto,
de ambos Ernestos,
soy un emigrante del pueblo,
soy las olas que rompen en la barra,
el hombre de Veracruz,
la sal del mar,
soy el sol que se pone al final del día,
el que se oculta detrás del mar.