jueves, 1 de julio de 2010

Diazepam para imaginarios olvidados.


Uno no se muere dos veces, bueno, como dijeron y lo escuche, leí y observe interpretado en el teatro una vez, ¡SI SE PUEDE!.

Puedes matar con el olvido, puedas matar no pensando en alguien, sacándolo de todo lo que tiene que ver con el YO.

Tal vez no rompes el vinculo, porque ese alguien significa algo en tu vida, algo bueno, malo, doloroso… o simplemente algo. En fin, yo que se.

El punto que se debe dar a conocer es que los funerales por olvido duran más que los de los occisos, a estos solo los velan una noche, al día siguiente los creman, los entierran o lo que tenga que ver con su creencia o la ultima petición del difunto, más a los occisos olvidados no, a estos se les rinde un culto un poco más individual, uno indaga en el ser y busca todo lo que significa esta persona para él, digamos que se parte de lo particular a lo general, empiezas por intentar no mencionar el nombre, intentas bajo ninguna circunstancia que salga a relucir en conversaciones con otros personajes cotidianos . Los nueve días del funeral de los difuntos “de caja” o “de urna” van acompañados con el rito (en el caso católico) del rezo del novenario, nueve días del repetitivo rosario y los misterios.

En cambio en el olvido vamos más despacio, uno quisiera que durara solo nueve días el proceso de despedida del muertito, sino que depende de la relación, el tiempo, el porqué, etc.

Pero claro, los dos funerales llevan el duelo, cada uno a su manera, pero lo llevan, cada uno carga con su cajita, la diferencia es que en el proceso del olvido se carga con la caja fúnebre para todos lados.

Al final uno termina hasta pintando las paredes de la casa, cambiando muebles, ropa y hasta los trastes para renacer, para ser un YO más consciente o más incrédulo… En los peores casos uno se cambia de casa (go on, go on just walk away, go on your Choice is made).