Caminé por las calles oscuras y mojadas con los cielos de Magritte cuidando que no me mojara, tenía los pies demasiado fríos... Caminé con cansancio, de toda la semana, de las vueltas, de los arriba y abajo, caminé mientras temblaba, mientras los faros de las calles no alumbraban nada, intentaba forzar los ojos para enfocar nuevamente. Caminé y esperé en la avenida, mientras la lluvia fina caía... El tiempo pasó y ahí me quede, esperando con los cielos de aquel pintor sobre mí.
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